Coral Bracho, Poesía reunida [1977-2023], Ediciones Era / UANL, Ciudad de México, 2023, 549 pp.
La obra de Coral Bracho (Ciudad de México, 1951) bien puede ilustrar la sentencia latina nomen est omen, con la que los romanos creían que el nombre determinaba en gran medida el futuro de quien lo portaba. El coral ―animal expansivo, simbiótico, de proporciones monumentales― recuerda también al mundo vegetal por su estructura arborescente,
Benjamín Labatut, Maniac, Anagrama, Barcelona, 2023, 400 pp.
Aterricé en la narrativa de Benjamín Labatut (Rotterdam, 1980) a partir de la lectura de Un verdor terrible luego de que me lo recomendó la poeta Carmen Ávila. También influyó mi curiosidad por los temas científicos y de divulgación. Leí esa novela —porque no deja de ser una obra de ficción— como si se tratara de un libro de ciencia.
Sara Mesa, La familia, Anagrama, Barcelona, 2022, 232 pp.
La familia es una novela coral escrita por una autora que quiso ser pintora y que ha adquirido el hábito de limpiar los pinceles, en cada párrafo, para no embadurnar lo escrito. Este libro se suma a una obra construida sobre un universo muy personal y con una voz narrativa apoyada en una prosa precisa,
Roberto Abad, El hombre crucigrama, UNAM, Ciudad de México, 2023, 97 pp.
Según Jacques Derrida, en su búsqueda de un nuevo estudio del discurso, la noción de juego ataca el concepto de centro que la filosofía occidental insiste en atribuir a la estructura. El centro es un “no-lugar” que tranquiliza con su “inmovilidad fundadora”—explica el filósofo—, que, a su vez, tiene la capacidad de substraernos del juego y de la ansiedad que provoca jugar.
Marina Tsvietáieva, Cartas a Anna Tesková (novela epistolar), traducción y notas de Selma Ancira, Universidad Veracruzana, Xalapa, 2024, 405 pp.
Marina Tsvietáieva tenía 29 años cuando en 1922 decidió emprender el camino del exilio para seguir a su marido, a la sazón refugiado en Praga. Cuatro años atrás, Serguéi Efrón se había alistado en el ejército blanco para combatir a los rojos, el ejército revolucionario fundado por Trotski. La marcha tras su encuentro no es una cuestión menor en la biografía de una de las poetas más relevantes de la literatura rusa del siglo xx debido,
Mónica Ojeda, Chamanes eléctricos en la fiesta del sol, Random House, Ciudad de México, 2024, 288 pp.
Es verdad. En 1999 hubo un concierto de rock en un volcán. Mónica Ojeda tenía 11 años. Yo tenía 13 y los anuncios del rock en el volcán estaban en todos los programas de radio de la época. A mí me costaba un poco comprender de qué se trataba la cosa. En mi casa se escuchaba apenas a José Luis Perales y José José.
Karen Villeda, Teoría de cuerdas, Vaso Roto, Madrid / San Pedro Garza García, 2023, 112 pp.
Ningún hombre es una isla y, a pesar de que así lo afirme la novela de Auður Ava Ólafsdóttir, tampoco lo es ninguna mujer. Una cadena de dependencia nos ata a distintas personas que vienen a nuestra vida o a cuyas vidas llegamos nosotros. Esta predestinación es un mito a partir del cual nos gusta pensarnos a casi todos,
Karla Cornejo Villavicencio, Catalina, Oneworld Random House, Nueva York, 2024, 197 pp.
Catalina es la primera novela de la escritora ecuatoriana Karla Cornejo Villavicencio. No obstante, su voz ya había resonado en el ámbito cultural estadounidense en el 2010 con la publicación anónima de un ensayo titulado “I’m an ilegal immigrant at Harvard” en The Beast, una plataforma digital de amplia difusión.
Michel Houellebecq, Más intervenciones, Anagrama, Barcelona, 2023, 338 pp.
Michel Houellebecq se encuentra en las antípodas del escritor “comprometido” que representaba Jean Paul Sartre. Sartre buscaba, ante todo, el discurso panfletario, el manifiesto, la llamada a la acción (el caso de la Revolución Cultural China es el que más se recuerda). Houellebecq, en cambio, busca algo mucho más sutil: mostrarnos las validez de sus puntos de vista.
Luis Felipe Pérez Sánchez, Mala entraña, Ediciones La Rana, Guanajuato, 2023, 129 pp.
Salvador Novo tituló elocuentemente La estatua de sal a lo que podríamos llamar su autobiografía sexual. En clave freudiana, Novo regresa a sus años de formación para explicarse su homosexualidad, hito tanto de su persona como de su personaje. Lo hace con una mirada más propia del autoexamen que de la confesión, más analítica que nostálgica.
Carlos Velázquez, El menonita zen, Océano, Ciudad de México, 2023, 272 pp.
Carlos Velázquez es un escritor proclive a los excesos. Qué mejor evidencia de esto que su libro de memorias El pericazo sarniento (selfie con cocaína), testimonio múltiple de su vida personal y del entorno social que le tocó como sino. En estas páginas hay lugar para su tan autocelebrado consumo de drogas,
Veronica Raimo, Nada es verdad, Libros del Asteroide, Barcelona, 2023, 216 pp.
“Para mí, la creación literaria otorga la posibilidad de decir aquello que en el momento no has sabido decir. La escritura es ese lugar en el que sacarte esa espinita. Aunque sea en diferido. No es solo un lugar de libertad, sino también de utopía”, explica Veronica Raimo (Roma, 1978) en una entrevista. Se podría decir que Nada es verdad es justo eso: una oportunidad para que tanto la Veronica real como la ficticia —quienes comparten muchas afinidades pero,
Adán Brand, Ferales, Medusa / UAA, Chihuahua / Aguascalientes, 2023, 84 pp.
Antecedido por Animalaria (Eximia, 2018), Todas las piedras angulares (UAN, 2022) y Péndulo y sextante (Eximia, 2002), Ferales es el poemario más reciente de Adán Brand. En esta cuarta entrega, el escritor hidrocálido parece haber terminado de desovillar el hilo de Ariadna que venía siguiendo desde su primer libro y ahora,
Cristina Rascón, La desilusión óptima del amor, Universidad Veracruzana, Xalapa, 2023, 134 pp.
Intuyo una de las diferencias fundamentales entre literatura y economía: la literatura es un juego; la economía, cosa seria. No pasa nada si uno publica un libro malo, las consecuencias no pasan de un trago amargo, murmullos a nuestras espaldas, una crítica malintencionada y lágrimas de cocodrilo. En cambio, una decisión económica errónea, una mala inversión,
Verónica Murguía, El ángel de Nicolás, Ediciones Era, Ciudad de México, 2024, 95 pp.
Verónica Murguía siempre estuvo destinada a las letras. En Una infancia normal, nos relata su aversión por las ciencias; en cambio, debido a una enfermedad en la columna que le impidió salir a divertirse como el resto de los niños, desarrolló un gusto por la lectura, que fue alimentado por abuela: “mi abuela fue la madre serena que me hizo falta,