Revista de Crítica ISSN 2954-4904

2. Abril – Junio 2012

Cine


Béla Tarr y Ágnes Hranitzky, El caballo de Turín, Hungría, 2011.


Béla Tarr ha dicho que El caballo de Turín será su última película. ¿Cómo interpretar esta decisión del director húngaro de cincuenta y seis años? Es una pregunta importante, cuya respuesta servirá tanto para entender algo fundamental acerca de la carrera de Tarr en general como para evaluar el logro de esta obra en particular. Uno de los aspectos característicos de las películas de este director es que no parecen ser las obras de un cinéfilo, lo que lo aleja de toda una tradición de cineastas principalmente europeos y estadounidenses. Los ejemplos más claros de cineastas cinéfilos son los directores franceses de la nouvelle vague que escribieron para Cahiers du cinéma: Jean-Luc Godard, Francois Truffaut, Claude Chabrol, Jacques Rivette y Eric Rohmer.

Literatura


Valeria Luiselli, Los ingrávidos, Sexto Piso, México, 2011.


“Cada uno de nosotros es varios, es muchos, es una prolijidad de sí mismos”, reza uno de los fragmentos más abrumadores del Libro del desasosiego. Fernando Pessoa padecía –no es novedad afirmarlo– los síntomas de su propia evaporación: sentirse otro, saberse otros, ser fantasmas de uno mismo. Los ingrávidos de Valeria Luiselli (Ciudad de México,

Literatura


John Banville, The infinities, Vintage, New York, 2011.


“One of the pleasures of working in the novel form is the challenge of finding new ways to present old things”, opina John Banville, el escritor irlandés distinguido con el Premio Booker en 2005 por su novela The sea. La obra más reciente de Banville, The infinities, logra justamente esto de manera paradójica: trata sobre las reacciones humanas ante la muerte recurriendo a los orígenes de la literatura occidental,

Literatura


Ricardo Piglia, Blanco nocturno, Anagrama, Barcelona, 2010.


La literatura de Ricardo Piglia (Adrogué, 1940) ha experimentado un boom imparable durante los últimos quince años y el argentino es considerado hoy unánimemente como una de las grandes figuras escribiendo en lengua española. Esta situación es tan extrema que bien podríamos decir que ya no se escribe crítica sobre las obras de Ricardo Piglia: se escriben panegíricos.